Raúl Morón, el inevitable
Por Vicente Juárez
El cierre de septiembre dejó un mensaje claro en el tablero político de Michoacán: Raúl Morón Orozco se consolida como el aspirante más fuerte de Morena rumbo a la gubernatura de 2027. No es una afirmación gratuita; los gestos, los números y el contexto apuntan en la misma dirección.
El primero de esos elementos fue simbólico pero poderoso. Durante su visita a Michoacán, la presidenta de México Claudia Sheinbaum se detuvo para saludar de manera especial al senador, un gesto que no pasó desapercibido ni para los presentes ni para las redes sociales. En política, los gestos pesan tanto como las declaraciones, y éste fue interpretado como una muestra de cercanía y confianza.
El segundo factor es empírico. Las encuestas de Mitofsky, Demoscopia, LaEncuesta.mx y Electoralia coincidieron en ubicar a Morón con una preferencia superior al 30 por ciento, con una ventaja de doble dígito sobre sus más cercanos competidores. Más allá del número, lo relevante es la tendencia: su figura crece en percepción de liderazgo, congruencia y capacidad para generar unidad, tres atributos escasos en la política local.
En contraste, sus posibles rivales dentro del partido lucen dispersos y sin un eje común. Fabiola Alanís, Carlos Torres Piña, Gladyz Butanda y Gabriela Molina representan —cada uno— proyectos sin cohesión, impulsados por un Alfredo Ramírez Bedolla que hoy enfrenta un desgaste político evidente. Esa falta de articulación ha permitido que Morón capitalice el terreno con discreción, pero con paso firme.
A ello se suma el respaldo silencioso, pero constante, de liderazgos de sectores sociales como el empresarial, el campo y de la educación, que ven en él una opción de estabilidad y experiencia. No es casualidad que sea el único aspirante que suma aliados mientras otros pierden presencia o enfrentan fracturas internas.
Así, el escenario parece definido. En política, pocas veces la percepción pública, las encuestas y las señales del poder caminan en la misma dirección. Esta vez, todo apunta a que Raúl Morón no solo es el favorito, sino el inevitable.
El reloj de Morena ya empezó a correr, y es solo cuestión de tiempo para que su nombre se oficialice como el abanderado rumbo a la gubernatura de Michoacán.
