Morelia, Michoacán 2 de noviembre de 2019.- Las “restricciones para el personal estadounidense que visita el estado de Michoacán” emitidas por el Departamento de Estado, de los Estados Unidos de Norteamérica, de forma tácita, quedaron sin efecto con la visita del Embajador Landau. El jueves 31 de octubre y viernes 1 de noviembre, el diplomático conoció Morelia y vivió la tradición de Día de Muertos en el corazón mismo de la nación Purépecha.
“Llego aquí para escuchar y aprender”, fue la primera declaración de Christopher Landau a los reporteros de México, y lo puso en práctica en Pátzcuaro; en todo momento se mostró amable y receptivo, se notaba el interés por conocer más de la cultura de Michoacán. Se tomó fotografías, platicó con los artesanos, degustó los platillos tradicionales y conoció el mejor mezcal del mundo: el michoacano.
El embajador, graduado en la escuela de leyes de la prestigiada Universidad de Harvard, realizó el recorrido acompañado por su esposa e hija. A cada paso, en cada puesto que se detuvo, cada mensaje enviado a través de twitter, mostraron el verdadero rostro de Michoacán minimizando los constantes ataques contra la imagen de un estado mágico, rico en cultura, historia y tradición.
Con gran tino y sensibilidad política, el gobernador Silvano Aureoles, invitó al diplomático a visitarnos y conocer la festividad de las ánimas, una de las más ancestrales y profundas de México. Silvano Aureoles presumió a Landau el valor de las costumbres de estas fechas y destacó la belleza del arte popular expresado en piezas de cobre, barro, cerámica, madera, textiles, etc. “Nuestros artesanos son lo mejor de la sociedad michoacana”, dijo.
En Día de Muertos, el fantasma de la violencia y la inseguridad desapareció. Brillaron la fiesta y el regocijo del pueblo michoacano dispuesto a recibir a sus seres queridos, que haciendo el viaje anual desde el más allá, trajeron armonía, diplomacia y serenidad. Algo que, seguramente, no formará parte de algunos noticieros nacionales, enfocados solamente en las noticias negativas para golpear políticamente al estado.