Línea Poe-lítica

Por Jesús Bedolla Nava

El presidente municipal electo, José Luis Cruz Lucatero, tendrá que demostrar en la práctica todos sus conocimientos en política y administración, además de toda su experiencia como consultor en ambas materias, una vez que asuma el cargo el sábado 1 de septiembre, es decir, dentro de ocho días.

Quien fuera el candidato de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y ganador de la elección municipal el pasado 1 de julio, es conocido por su mesura, sensibilidad, conocimientos académicos en lo que se refiere a política y administración, pero tal parece que tendrá que hacer un omelette de todos esos talentos, es decir tendrá que agregarle huevos, porque tal parece que sus oficios no serán suficientes para enderezar un barco en franca y vertiginosa picada.

Obtendrá como gobernante del municipio una plantilla de personal de 137 miembros por encima de la que inició a presidir César Chávez Garibay, luego, entonces, será muchos miles de pesos superior en nómina que la anterior, así que tendrá que hacer una revisión exhaustiva caso por caso para definir quienes tienen merecimientos para una base, y quienes no, para que proceda a hacer uso del derecho en busca ante los tribunales laborales de la nulidad de esas basificaciones.

Aclaro: tal vez no todos los parientes de funcionarios de primer nivel habrían hecho uso y abuso de sus influencias, ni todos habrían ingresado por merecimientos propios, sino por padrinazgos de peso político. Es por eso que se tiene que analizar minuciosamente cada caso, para desentrañar la verdad.

Eso sí. De que hay irregularidades, las hay y sabe usted una cosa, no precisamente el presidente municipal con licencia. César Chávez, es el responsable de tanto dispendio de influyentismo y abuso de poder en la carga contra el presupuesto, sino quien fuera su manager desde la secretaría del Ayuntamiento, David Huerta Plancarte, ahora regidor electo y cuya presencia en el gobierno data desde la anterior administración que culminó con Alejandro Villanueva del Río en el poder.

A José Luis Cruz Lucatero le tocará poner orden absoluto en la relación con el Sindicato Único de Empleados al Servicio del Municipio de Apatzingán (Suesma) que encabeza María Agustina Román Bello, sobre quien pesan señalamientos y recursos de inconformidad al interior del sindicato, que nadie ha querido o no ha podido aclarar.

El presidente por ahora electo, tiene que pensar en que ser patrón es ejercer su derecho a exigir trabajo en los términos del contrato colectivo de trabajo y que la relación con las organizaciones sindicales no implica el sometimiento del gobierno a caprichos que generalmente benefician a unos cuantos, principalmente a los liderazgos de los trabajadores, pero perjudican a toda la sociedad y no propiamente a los administradores del municipio.

El edil por iniciar gestiones tiene que dejar de pensar en primera persona, para aplicar la inteligencia colectiva en sus decisiones; quitarse de la mente la letanía esa de “al cabo el dinero no es mío”, y entender que el pueblo lo eligió para que administrara correctamente cada peso. Solamente así comenzaremos los apatzinguenses a percibir el verdadero cambio; caso contrario, comeremos “pan con lo mismo”.

Ignorados por la sociedad apatzinguense debido a la gris actuación que durante tres años tuvieron, los regidores del municipio tuvieron que auto-homenajearse mediante la inauguración de una galería fotográfica que nadie tuvo a bien siquiera pensar para honrar al cabildo saliente, por lo que ellos, los llamados representantes populares, tuvieron la ignominiosa idea con la finalidad de perpetuarse “en espera de que sea de su propio agrado”, como suele decir el abogado Rafael Eduardo Gámez Guillaumín.

“Alabanza en boca propia, es vituperio”, dice un conocido refrán, sin embargo el ego de los regidores salientes fue superior a cualquier posibilidad de retirarse de sus funciones con un dejo de humildad, por tanto en sesión de cabildo tuvieron la feliz ocurrencia “para que el pueblo conozca y recuerde a sus representantes”, según dijo la alcaldesa Giselle Liera Servín.

Caray. Para que el pueblo los conozca y los recuerde, no hace falta una galería fotográfica, pues los conoció por su improductividad, por su proclividad a abalanzarse sobre el erario, y les aseguro que, por eso y más, siempre serán recordados, mal recordados, pero al fin y al cabo recordados.

Cómo no recordar a Salvador Medina Cruz, si la regiduría le redituó una base laboral para uno de los suyos y, aunque se lamentó porque sólo le tocó una, cuando a otros les dieron hasta tres, debe tomar en cuenta que el haber sido representante popular le permitió montar una de las más grandes cantinas que hay en Apatzingán, precisamente en la esquina de las avenidas Francisco I. Madero, y Aquiles Serdán.

O cómo olvidar Rogelio Barragán Cabrera, quien en dos ocasiones ha ostentado el cargo sin pena ni gloria, y quien justifica las bases laborales obtenidas a merecimientos por el trabajo realizado, no obstante que por eso que él llama trabajo le pagaron jugosos sueldos y compensaciones mensuales, por tanto las basificaciones son para la sociedad una ignominiosa añadidura.

¿Olvidar a Iván Santamaría Granados, quien decidió no terminar su gestión porque le urgía la reelección y la logró? Jamás podrá ser olvidado.

¿Cómo no recordar per saécula saeculorum, a todos los que llegaron por méritos o por recomendación y entregaron empobrecidos informes cada año, cobraron compensaciones por comisiones desempeñadas, pero de las cuales el pueblo no conoció beneficio alguno?

¿Verdad que no se necesita una galería fotográfica ni de los regidores salientes salientes, ni de los del pasado, para recordarlos?

El presidente electo de Parácuaro, Uriel Bautista Cabrera, ha fijado línea de austeridad para gobernar la Villa de los Manantiales durante los tres años comprendidos de septiembre de 2018, a agosto de 2021, y llama poderosamente la atención que no pocos elegidos por Morena están convencidos de que se debe cuidar el gasto, pero tal parece que confunden administrar, con no gastar.

Todos los que van a desempeñar el cargo de presidente municipal en alguna demarcación, deben saber que contarán con un presupuesto que tendrán que ejercer al pie de la letra y de los números disponibles en pesos, pero eso no quiere decir que tienen que reducir la planeación de recursos para los diversos rubros por debajo de las cantidades ejercidas hasta ahora por las administraciones pasadas y la presente.

Los conceptos austeridad y honestidad no deben confundirse, puesto con no están reñidos con el gasto, siempre y cuando ese gasto no se exceda del presupuesto autorizado por el cabildo y avalado por el Congreso del Estado.

Entendemos que los alcaldes iniciarán como novatos, pero la novatez no debe superar a la inteligencia.

Devastado. En desquicio,

José Luis Cruz Lucatero,

Recibirá el municipio

(lo dijimos al principio)

Con las arcas sin dinero.

 

Con sus virtudes y valores,

deberá cocinar un buffet;

más yo sugiero, señores,

muchos huevos con olores

(se requiere un omelet).